«¿Qué es la Furia Trans? o mejor dicho ¿de dónde nace esa rabia que sueña con TRANSformar la mirada capitalista con la que interpretamos y politizamos los cuerpos? La Furia Trans es el puño en alto -y la muñeca floja- de las supervivientes al régimen correccional sexo-género. La Furia Trans, desde aquella revuelta de reinas callejeras en la cafetería Compton’s de San Francisco, es la militancia que nace de la violencia traumática que sufrimos por ser tal y como somos. La Furia Trans son cuidados combativos, como los de Sylvia Rivera en S.T.A.R. o los de las disidencias femmes de los frentes de liberación. La Furia Trans también sabe del poder obrero, como Leslie Feinberg forjando en las fábricas de Buffalo poemas de revolución con el lenguaje que le enseñaron, dinamitando el rosa y el azul. Como Veronika y las putas proletarias colectivizando los medios al grito de “los pisos para quien los trabaja”. La Furia Trans también es furia trava, y llevamos el legado de Lohana, comandanta de las mariposas, grabado en nuestras cicatrices de risas en la espalda. La Furia Trans grita en verso, como Alana Portero urdiendo un tintero de la sangre que brota de las heridas de nuestra estirpe, que somos hermanas pero nunca familia. La Furia Trans también sabe de desobediencia, desobediencia al estado burgués, a la medicina burguesa, al feminismo burgués, al deseo burgués; como la guerrilla travolaka vivimos nuestra euforia de género como una trinchera desde donde imaginar futuros políticos comunizadores. La Furia Trans sabe de monstruosidad, sabe la verdad oculta tras la monstruosidad, sabe del miedo que le produce al cisheterocapital que nuestras suturas frankensteinianas tomen la palabra y lo cuestionen TODO. Porque, como dijo Leslie: “Estamos desafiando todo aquello que se nos dijo que era parte de la naturaleza”, la Furia Trans es la cólera de quien sigue existiendo contra un sistema que nos quiere difuntas. Si hay género capitalista, habrá Furia Trans.»
Text: Ira T.
