En los campos de concentración nazis se creó un sistema de símbolos con los que el nazismo marcó de manera obligatoria a cada persona apresada para poder diferenciar el motivo del encarcelamiento. El triángulo rosa fue el símbolo con el que el nazismo identificó y señaló a las personas prisioneras a las que identificaban como hombres no-heterosexuales, pero también a las mujeres trans. Fue, entonces, un símbolo creado desde el desprecio, el odio, la criminalización y la vergüenza, pero que al principio de los años 70 el activismo LGTB que emergía se apropió como un símbolo de lucha, reivindicación y orgullo colectivo.
Con la llegada del arco iris a finales de los años 70 como bandera del colectivo LGTB, el uso del triángulo rosa disminuyó pero este se mantuvo como símbolo de lucha, de recuerdo a las víctimas del nazismo y de denuncia de los crímenes que éste cometió contra las personas LGTB, es por eso que desde La Sandino queremos reivindicar este símbolo como herramienta para no olvidar el pasado y la historia del colectivo LGTB como única garantía de que esta no se vuelva a repetir, a la vez que entendemos que la lucha por los derechos de las personas LGTB debe ser una lucha antifascista y hermanada con otras luchas sociales de carácter antifascista como es el antirracismo o el feminismo. Utilicemos también este símbolo para recordar y reivindicar a aquellas personas que aún a día de hoy son asesinadas por las legislaciones de sus propios países.
La memoria frente al olvido. El orgullo frente al odio. Antifascistas siempre!
