En los campos de concentración nazis se creó un sistema de símbolos con los que el nazismo marcó de manera obligatoria a cada persona apresada para poder diferenciar el motivo del encarcelamiento. El triángulo rojo fue el símbolo con el que el nazismo identificó y señaló a las personas prisioneras en las que identificaban como opositoras políticas, como comunistas, anarquistas y antifascistas en general. Una insignia que, al igual que el triángulo rosa, años después el antifascismo se apropió como símbolo de lucha y de memoria antifascista, así como reconocimiento a las luchadoras antifascistas durante la Segunda Guerra Mundial. Encontramos, pues, que desde La Sandino nos sobran motivos para reivindicar este símbolo lleno de la más digna lucha y resistencia antifascista así como una herramienta frente aquellos que nos quieren hacer olvidar los crímenes del nazismo y lo que significa ser antifascista.
Memoria frente al olvido, antifascistas siempre!
